TRANSIRAK
MR.PERFUMME
¿Quién
podría amar a una medio máquina?
¿Quién
sería capaz de bucear bajo su gruesa capa de metal?
(Robocop2)
1.
Todo
el mundo tiene cáncer. Sin excepción. Al menos todo el mundo que yo conozco.
Todo el mundo tirando de goteros y sobre sillones orejeros o fumando o paseando
alegremente bajo los productos que emiten los chemtrails. Una mujer dice: Bajo
a que me pongan el casquete. Así es como lo llaman. Me irradian la cabeza y
luego vuelvo como un cohete. Lo dice en chándal y con una sonrisa en la
boca. Es una mujer pequeña. Y su hija dice: Han venido tan temprano a por
ella que no he podido ni peinarla, pero no importa porque con el casquete no se
nota. La señora tiene cuatro focos cancerosos y dice que le han encontrado
bichos en uno de ellos y seguramente se va a morir en unos pocos días. El
médico se pone a explicarles la película Powder para ejemplificar algo,
pero la referencia se tambalea un poco cuando admite que no entiende muy bien
si los poderes de Powder son de origen psíquico o de otro tipo. En los
ochenta todo el mundo tenía sida. El sida lo inventaron en un laboratorio.
Magic Johnson, Robert Mapplethorpe, Sadam Hussein. El médico se olvida de las
alusiones pop y dice más seriamente: Serán tres ciclos de quimioterapia y
diez sesiones de radio. Freddy Mercury también. Sadam Hussein murió de sida
en 1998 y desde entonces uno de sus dobles tomó el control. Es evidente el
cambio en las políticas irakís a partir de ese momento. En la sala de espera
además de una televisión de tubo hay una enciclopedia de los noventa, podéis
comprobarlo ahí si queréis. Mi hermana y yo en aquella época fumábamos
cigarrillos y jugábamos al Street fighter en las salas recreativas que había a
dos calles del instituto. No jugábamos muy bien, pero había que aparentar. La
señora de la habitación tiene las piernas flaquísimas. Los cuatro focos
cancerígenos son en el pecho, las ingles, la garganta y la cabeza. Dice que el
origen fue un melanoma en el pecho y que cuando se lo abrieron salieron bichos
volando. No para de decir cosas de ese tipo y yo no sé si son metáforas
poéticas o está completamente loca. Algunas veces nos metíamos en peleas, en la
época del instituto, digo. Las cosas que dice y que le pasan a la mujer del
pecho lleno de insectos las sé porque mi hermana y ella están en la misma
habitación ingresadas. Así que la veo y la oigo mientras estoy aquí con ella.
Mi hermana también se muere de cáncer, como todo el mundo. La hija de la mujer
del casquete dice: Tener más boletos no significa que te toque la lotería. A
veces le toca al que sólo ha comprado uno. Mi hermana y yo nos pelábamos
las clases y nos íbamos a fumar a los recreativos o a la estación de autobuses.
Éramos bastante rebeldes y hacíamos lo que nos daba la gana. Mi hermana y yo
sólo nos llevábamos un año y ojito con hacernos bromas. Nadie nos tosía y si
hacía falta nos partíamos la cara. Una vez robamos una moto para escaparnos de
casa y nos emborrachamos y nos estampamos contra un coche. Lo repetiría ahora
mismo exactamente igual, así quiero yo a mi hermana. Y una vez nos metimos
ketamina y a mí me dio un chungo y mi hermana me dejó en la puerta del hospital
y se tiró toda la noche fuera, escondida entre los matorrales, esperando para
ver si estaba bien. Y por la mañana la encontraron medio congelada. Estaba
azul. No se murió ella de milagro. La señora del casquete dice: Por la noche
he soñado que me dejaban unas flores en la habitación, en la mesita, cerca de
la cabeza, y de la radiación que me emanaba del cráneo las flores crecían hasta
llenarlo todo y hacían explotar las ventanas. Mi hermana tiene una cicatriz
en la ceja que se hizo cuando nos chocamos con la moto. La llamábamos la A7, a
la cicatriz, porque es el nombre de la carretera en la que casi nos matamos.
Los del coche no se hicieron nada pero nos gritaron y casi nos pegan. A
nosotras nos castigaron pero nos dio igual porque no conocíamos a nadie que
hubiera hecho algo así. No conocíamos a nadie que hubiera ido tan lejos.
Aparecen los médicos por la puerta, se llevan a mi hermana al quirófano. Yo la
cojo de la mano y le digo que todo va a salir bien, que no debe tener miedo. Le
digo un montón de cosas como esas y le doy un beso en la frente. Me meto en el
baño porque no quiero que la señora de los bichos y su hija me vean llorar.
Bastante
tienen con lo que tienen.
2.
El 7 de abril de 1990 Mohamed al Saad fue detenido por la
policía irakí. Se le acusaba de haber atracado un banco en Bagdad. Mientras
permanecía detenido a la espera de que se le informara de los cargos que se le
imputaban, el jefe de policía Younesse se personó en su celda y le mandó
asearse. Tras lavarse y cambiarse de ropa, Mohamed fue introducido en un Range
Rover negro con las lunas tintadas y conducido hasta el Palacio Real. Sadam
Hussein lo esperaba en uno de los enormes salones que solía utilizar para
recibir a embajadores y representantes de países aliados. Según cuenta Mohamed,
nunca se había dado cuenta del parecido físico que lo unía al presidente. Sadam
lo inspeccionó con calma como el que inspecciona un caballo que está a punto de
comprar, sin dirigirse a él. Tras unos pocos minutos miró al jefe de policía
Younesse, le hizo una señal de aprobación y se lo llevaron.
Mohamed fue sometido a partir de
ese momento a múltiples operaciones estéticas que lo convirtieron en uno de los
doce dobles conocidos que tuvo el dictador a lo largo de su vida, y en el único
Sadam una vez que este murió.
A
pesar de que el 26 de abril de 1987 el gobierno irakí, que mantenía que en su
nación no había ni un solo caso de contagio, promulgó una ley por la cual para
entrar al país, todos los extranjeros debían certificar con un documento médico
que no eran portadores del virus, la realidad es que en los años noventa hubo
una auténtica epidemia de sida en Irak que el gobierno silenció al considerar
la enfermedad como una plaga exclusiva de sodomitas y desviados. También
sabemos hoy en día que aunque hubo contagios homosexuales, la mayor cantidad de
casos por contacto sexual se dieron entre personas heterosexuales, viéndose
potenciado este hecho por el escaso uso de los preservativos y por la propia
ocultación gubernamental de la situación de contagio real. Los estudios más
rigurosos estiman que sólo un siete por ciento de los contagios se produjeron
por transfusiones de sangre.
En
ese preciso momento histórico se llevaba a cabo en Bagdad el proyecto secreto
conocido popularmente a posteriori como Programa Fuego Devastador, destinado a
crear monstruos radiactivos entrenados en las artes ninjas.
Alabada sea la Virgen del Casquete.
Porque
de ella irradia la luz.
Hagamos
un poco de historia: A la Virgen del Casquete, (patrona de los enfermos de
cáncer), la encontraron unas niñas pastoras en la Cova del Montgó, junto al
pueblo marinero de Jávea, al observar un lugar en la cueva que emanaba una
fuerte luz verde y sobre el que los helechos y las plantas crecían
desmedidamente. Allí se les apareció y les contó tres secretos.
No
habría que hacer chistes con esto.
Pero
en verdad os digo: Primero de los secretos. Hace veinticinco años y es el
funeral de mi abuela Carmen. El cura ofrece el cuerpo de Cristo y una Santa
Compaña de tías venidas del pueblo aguardan ordenadamente su momento en la fila
como pequeños pollitos yonquis esperando su mandanga. No lo digo de broma. He
conocido muchos toxicómanos en mi vida y es exactamente así. Viejas blancas y
sudadas. Nerviosas. No me extrañaría que cada una de ellas guardase una pequeña
navaja en su bolso. Sólo por si acaso. Sólo por si todo se va a la mierda. Mi
abuela siempre nos llevaba a misa de pequeñas. Tuvimos una infancia católica y
practicante. Así que aunque a esa edad ya hace mucho que no creemos en
tonterías, decidimos comulgar sólo para molestar a las señoras. Para que no nos
vayamos todas de vacío hoy. Nos unimos a la cola y cuando llega el turno de mi
hermana el cura hace un truco de magia que nos marcará para el resto de
nuestras vidas: Le acerca la hostia a la boca, declama solemnemente (la
mortadela de Cristo), y cuando todo hace presagiar un desenlace aburrido y
predecible, con un rápido movimiento de trilero, el Padre PerverPollas esconde
la oblea en la palma de su mano y vuelve a guardarla en el cáliz. Nadie lo ve.
No ha pasado nada. Magia. Mi hermana se queda sin habla. Imagino como le
tiemblan la barbilla y los ojos, imagino el cubo de sangre de Carrie cayéndole
sobre los hombros y la cabeza, pero nada de eso ocurre. El cura le hace un
gesto con los ojos indicándole que se salga de la fila y mi hermana obedece. Un
gesto sutil en el que nadie repara. Tachán. Conmigo repite la misma acción paso
por paso. Algo que no entendemos nos deja tiritando de tristeza.
Señora
de los bichos en el pecho,
Ten
piedad de nosotras.
Si
intentáis buscar información extraña sobre Bagdad en internet seguro que
acabáis cayendo en una página llamada El Diario Informativo de La Realidad
Oculta, que se dedica, además de a informar sobre esoterismo, ovnis o sucesos,
a acumular información weird sobre distintos lugares del mundo. Puedes
buscar por continentes cualquier ciudad que se te ocurra y descubrir las
atracciones más bizarras del lugar. Cuando introduces Bagdad en su buscador o
llegas hasta su página buscando información sobre la ciudad aparecen cuatro
entradas: La primera de ellas es sobre una especie de vasija que tienen en el
Museo Nacional (que probablemente ya no exista) y que en realidad es una
especie de pila energética prehistórica, lo que se suele denominar un Oopart,
un objeto fuera de su tiempo, imposible. La segunda de las entradas es acerca
de un Corán que se encuentra almacenado bajo llave en el sótano de la mezquita Madre
de todas las batallas, y que posee la particularidad de estar enteramente
escrito a mano, ni más ni menos, que con la sangre del propio Sadam Husein. La
tercera entrada hace alusión a la escultura de una cebolla gigante y azul
biseccionada que se construyó como homenaje a los hombres que murieron en la
guerra entre Irak e Irán. Pero la cuarta y última de las entradas es, sin duda,
la mejor. Está dedicada al Palacio de la Victoria sobre los Americanos. Este
palacio rodeado de un lago artificial lo ordenó construir Sadam en honor la
supuesta victoria sobre los americanos en la Guerra del Golfo de 1991.
Mi
hermana y yo pasábamos horas buscando información absurda de lugares a los que
planeábamos viajar y a los que probablemente nunca íbamos a ir. De entre todos
ellos Irak siempre fue nuestro favorito.
Mi
hermana se llamaba Paula. Y yo me llamo Candela.
Quiero
decir que se llama, no que se llamaba.
Segundo
secreto:
Pongamos
que sí, que las niñas pastoras se encontraron realmente a la virgen. Alabada
sea la Virgen del Casquete. Y la virgen comienza a curarle el cáncer a todo el
mundo. Utiliza sus súper poderes y le toca la frente a la gente o les toca
dónde cojones tengan los tumores y es como la Santa Quimioterapia de la Marina
Alta, el misticismo alicantino hecho carne, pero es que además es cool. Tiene
carisma, tiene jodido atractivo pop. Todo el mundo quiere una foto con ella y
las marcas de moda se desviven porque vista sus trapitos en las procesiones. Se
hace súper amiga de la niña de Stranger things y no dejan de colgar
fotos de sus fiestas locas en Instagram. Es la chica de moda. Las niñas
pastoras que de tontas no tienen un pelo empiezan a hacer buen merchandising,
camisetas, tazas de café, gorras, la Virgen del Casquete es la nueva pasión
global, es la nueva dinomanía, la nueva tortugasninjamanía, así
que las niñas lo celebran con bien de farlopa buena hasta que se les ponen las
narices como una mezcla de mazorca y de charcutería, así se les ponen las
tochas, y tratan cada vez peor a la virgen, a la pobre virgen del casquete que
llegados a este punto quiere volver a su planeta pero que no puede porque le
han puesto un collar que le impide teletransportarse. Y cada cáncer que cura es
como que envejece un poco más, que se muere un poco más, y cada cáncer que cura
la farlopa de las niñas es un poco mejor.
Quiero
decir, que todo esto no es que haya ocurrido, pero seguramente acabaría así.
Robocop
no tiene alma, de eso es de lo que van sus películas. Todo lo demás es como el
relleno de los cachopos. Robocop es mitad robot y mitad policía, así que ahí
dentro no cabe nada más, echa cuentas. Y eso le hace sufrir aunque en realidad
él no pueda sufrir. Más o menos. Estoy hablando todo el rato de Paula, pero en
realidad éramos tres hermanos. Paula era la mayor,
luego estaba yo, y luego estaba Álex. Álex se murió el primero y ahora se va a
morir mi hermana. Es como una de esas estúpidas canciones infantiles. O como en
Los Inmortales. Los tres estuvimos siempre muy unidos pero Álex era
especial para nosotras. Era el pequeño y aunque nos quejábamos muchas veces por
cómo lo malcriaban nuestros padres
nosotras hicimos lo mismo. No supimos evitarlo. Álex tenía algo diferente, algo
que hacía que lo adoraras, que no pudieras enfadarte con él aunque la cagara
todo el rato. Y la cagaba constantemente. Pero era bueno, cariñoso, inteligente
y sensible, aunque también era frágil. Sin tratar de justificar nada con lo que
voy a decir a continuación, es importante entender para comprender lo tarde que
llegamos con él, lo tarde que llegábamos siempre, que medicarse e ir al
psiquiatra era el equivalente en mi casa a comer paella los domingos en otras
familias. Así fue siempre. Y además en nuestro clan siempre fuimos las mujeres
las más fuertes. Lo era nuestra abuela, lo fue nuestra madre y lo somos mi
hermana y yo. Con nuestras taras incluidas. Mi padre en cambio era una persona
distante y solitaria. Probablemente sufrió de depresión durante la mayor parte
de su vida, hasta que un buen día se cansó de ver la tele y se mató. Tengo la
sensación de que Paula y yo nunca lo conocimos demasiado. Espero que mi madre
lo conociera un poco más. Mi hermano no era como mi padre, pero al igual que
él, tampoco se sintió nunca cómodo del todo habitando su propia piel. Sufría a
menudo y le costaba levantarse de nuevo. Por eso mi hermana y yo nos tiramos
media vida tratando de protegerlo de todo y por eso cuando murió se abrió una
herida muy grande dentro de cada una de nosotras que nunca más se cerró por
completo. La verdad es que aún nos castigamos pensando que podríamos haber
hecho algo más por ayudarle, cosa que, por otro lado, es evidente. Puedes
tratar de racionalizarlo todo lo que quieras, pero si tu hermano se mata y tú
no lo has impedido, entonces no has hecho lo suficiente. Álex creció y se llevó
a todas las chicas de calle porque era muy guapo. En eso también se parecía a
mi padre, que hasta con su agotadora cara de aspirante a lavado de estómago
siempre le tuvo un aire a Ed Harris. Conoció a una de ellas y se enamoró
perdidamente. Ella era una buena chica y también se enamoró de él. Pero a mi
hermano le costaba mucho trabajo ser feliz y hay mucha mierda en vivir con
alguien así. Así que al final ella conoció a otro. Alguien que le hacía reír y
con quien estar resultaba fácil. Y no lo digo con rencor, estar con alguien
debería ser siempre fácil. Y dejó a mi hermano con el corazón roto. En esos
días yo vivía en Alemania, y fue mi hermana quien más se volcó con Álex. Y de
repente, un día, nos llamó la policía para notificarnos que habían encontrado
el cuerpo de mi hermano en el cauce del río Turia. Mi hermano se suicidó
tirándose al cauce de un río sin agua. Cuando me llamó Paula para contármelo,
la única manera de gestionarlo que se me ocurrió fue tirarme setenta y dos
horas de fiesta de discoteca en discoteca. Era joven y Berlín era grande. Me
tomé por lo menos un millón de pastillas. No fui a España al entierro y mi
hermana estuvo mucho tiempo enfadada conmigo por eso. Mi madre nunca volvió a
ser la misma. Nosotras tampoco pero seguimos con nuestras vidas lo mejor que
supimos. Cuando se me terminó la fiesta estuve tomando antidepresivos durante
una temporada bastante larga. Ahora también los tomo. Poca cosa, pero ayuda.
7.
A
Sadam Hussein le diagnosticaron el sida entre 1995 y 1997. Desde el año 93,
cuando puso en marcha La Campaña de la Fe, con la que instrumentalizó el
Islam para sus propios intereses, en Irak hubo una época de relativa calma.
Hasta el 96 no se crearon los primeros fármacos antirretrovirales que lograron
convertir el virus en una enfermedad con la que se podía convivir de una manera
mínimamente digna. Para cuando Sadam pudo tener acceso a estos tratamientos, su
salud ya estaba muy deteriorada, aunque sólo unos pocos hombres de su círculo
más íntimo lo sabían. Cómo contrajo la enfermedad es algo que probablemente
jamás sabremos y cualquier explicación hoy por hoy es pura ficción
especulativa. Aun así, ahí van algunas teorías que recopilamos Paula y yo: En
su libro The evil party, la periodista americana Sally Ford documentaba
la supuesta estancia de Sadam y su hermano Ibrahim en Manchester a finales de
los años ochenta con nombres e identificaciones falsos. Ford defiende que ambos
viajaron a Reino Unido para iniciar
negocios con Kyle Van Morrison, un conocido traficante de drogas de la ciudad y
uno de los padrinos no oficiales del movimiento Madchester, que se hizo
famoso en todo el mundo por la eclosión de la música electrónica y del uso
masivo de derivados del éxtasis y la anfetamina. Aunque la moda de la heroína
comenzaba a decaer, aún era bastante consumida y, sostiene Ford, los hermanos
Husein pudieron convertirse en los principales proveedores de esta droga en
todo el país, garantizándose así una buena fuente de ingresos con la que
sufragar parte de los costosos gastos de su guerra contra el mundo. Aunque no
existen datos que certifiquen que Sadam o su hermano le pegaran al caballo,
según Ford, la costumbre de compartir jeringuilla en las reuniones de negocios
de la época podría haber sido el origen del contagio del dictador. Parece
rocambolesco, pero hoy en día está bastante documentada la relación entre los
hermanos y el famoso narco y casi nadie duda ya de que la venta de opiáceos fue
uno de los negocios más lucrativos de la familia Husein. Por otro lado, años
después, Sally Ford regresaría a la palestra por escribir un nuevo libro en el
que daba consejos a los padres para educar a sus hijos en una vida no
homosexual. Para desmaricarlos.
Y aun así esta no es la teoría más
descabellada. En el artículo Los experimentos secretos de Oriente Medio,
publicado en El Diario Informativo de La Realidad Oculta, otra periodista desvariaba
acerca de la idea de que el dictador contrajo la enfermedad por error cuando
probaba en sí mismo un suero del súper soldado similar al que dio sus poderes
al Capitán América. Puede parecer una locura, pero esta teoría ha sido
ampliamente difundida en multitud de revistas, páginas web y blogs en
diferentes variantes: unas defienden que Sadam fue engañado por un agente
infiltrado de la CIA que trataba de asesinarle, otras que lo que se inyectaba
era un elixir de la inmortalidad, etcétera, etcétera, etcétera.
El
error de todas ellas es dar por hecho que Sadam convivió con la enfermedad
hasta que el día antes de nochevieja del año 2006, tras ser condenado por un
tribunal de su propio país, fue ahorcado a las 06.00h acusado de crímenes
contra la humanidad.
En
realidad, en abril de 1997 Sadam ya sabía que iba a morir en unas pocas
semanas, quiso hacerlo en su propia casa, y dio instrucciones a su hombre de
mayor confianza, el jefe de policía Younesse de qué es lo que debía hacer en el
momento en el que él muriera.
¿Qué
pretendía Sadam? ¿Qué le preguntaríamos si tuviésemos la oportunidad de
hacerlo? Paula y yo inventamos un consultorio en el que respondía a algunas
cuestiones.
Consultorio
semanal de Aspectos de la Vida del Verdadero Sadan Huseín
(Como
cada primer lunes de mes, Sadam responde a nuestras lectoras sobre aspectos de
la vida y gestión de emociones.)
Manuela García, Bagdad.
Shalam
Halekum, Querido Líder.
Me
gustaría, en primer lugar, agradecer como siempre tu presencia en este
consultorio, y el cariño con el que siempre respondes a nuestras dudas. En
segundo lugar me gustaría formularte una pregunta sobre un tema que me tiene
loca. Allá va. A menudo al cocinar las tradicionales galletas de cardamomo,
(las preferidas de mi marido), cuando las saco del horno detecto un pequeño
regusto amargo. He cambiado los tiempos y los grados del horno en múltiples
ocasiones así como el tipo de harina que utilizo, y no consigo deshacerme del
molesto sabor.
¿Podrías
darme algún tipo de recomendación para hacer de mis galletas un verdadero
manjar digno de los dioses?
Muchísimas
gracias.
Hola,
Manuela, muchísimas gracias por tus palabras. Sin vosotras y este espacio de
confianza que compartimos aquí, no sé qué sería de mi, te lo aseguro. Pero
yendo al tema de tu pregunta, las galletas de cardamomo son si duda uno de los
dulces más representativos de nuestra hermosa nación. Para responder a tu duda
se me ocurren diversos motivos por los cuales tus galletitas hayan podido
amargar. En primer lugar, prueba a acortar el tiempo de cocción aún más. Aunque
el aspecto de las galletas parezca perfecto por fuera, pueden haberse quemado
un poco por dentro, lo cual suele conllevar un pequeño regusto amargo. Si tu
horno es nuevo, también puede haberlo provocado esto, ya que los hornos sin
estrenar deben dejarse normalmente una hora encendidos a buena potencia antes
de introducir alimentos, si no, el propio polvo u otras sustancias pueden
contaminar el sabor de los alimentos que calentamos. Por último prueba a
utilizar semillas de lino en lugar de sésamo.
¡Y
no olvides contarme si le han gustado a tu marido!
Rosa del Amor, Daruk.
Hola,
amado líder, me gustaría saber, en un momento tan vulnerable como el que
estamos atravesando, y teniendo en cuenta la explosión de creatividad que suele
darse especialmente en los periodos de crisis económica y moral, cuál sería, en
tu opinión, la relación verdadera entre el arte y el desencanto social (en su
más amplia acepción).
Muchísimas
gracias.
Hola,
Rosa.
Ante
todo agradecerte tu tiempo y tu interés, y más teniendo en cuenta que me
preguntas por el que, (probablemente ya lo sabes), es uno de mis temas
favoritos: el arte. Pero, mira, me vas permitir que te comente que la relación
entre el arte y el desencanto social a mi no me interesa. Lo siento. Perdonad
amigas que sea tan cortante pero es que es un tema que a mi ya me aburre por
reiterativo. El arte es el arte y tiene que ser válido por sí mismo. Te voy a
contar algo, durante las presentaciones de mi última novela, ¡Fuera de aquí,
maldito!, cada vez que alguien me entrevistaba, el tema, indefectiblemente,
giraba siempre en torno a preguntas como: ¿Y cómo es ser un dictador y
escribir? ¿Es más difícil para un dictador abrirse paso en un mundo dominado
por escritores blancos no dictadores? Yo en tiendo que la intención no es mala,
no estoy diciendo eso. Pero cada vez que me incluyen en un artículo sobre
dictadores escritores con los que, francamente, no tengo nada que ver, sólo
porque está de moda, están, de algún modo, invisibilizando mi trabajo
intelectual. Las mujeres y los dictadores tenemos que estar juntas en esto,
porque nuestra problemática es la misma. Y esta batalla no la vamos a ganar en
dos días.
Pero
vayamos por partes: El Programa Fuego Devastador Para la Creación de Monstruos
Entrenados en Artes Marciales surgió de la convergencia de dos hechos en
apariencia inconexos. El primero fue el hallazgo fortuito en Samarra de una
extraña piedra azul que poseía poderes místicos; el segundo, la aparición en
Bagdad de una artista sueca en posesión de un extraño y antiquísimo libro que
parecía contener entre sus páginas el hechizo con el que los antiguos hombres
fueron capaces de despertar a los demonios yinn. Bastante increíble todo
¿verdad? Pues hay más: Sadam no perdió ni un minuto y encargó a su hermano
Ibrahim y al jefe de policía Younesse poner a disposición de un equipo
multidisciplinar de expertos de distintas áreas todos los recursos que fueran
necesarios para la creación de monstruos gigantes muy locos al servicio de la
nación irakí. A la artista sueca se le sumaron así biogenetistas, demonólogos,
ingenieros, cirujanos plásticos, diseñadores gráficos, y hasta un departamento
anexo de I+D que exploraba las posibilidades alrededor del experimento
principal y todo lo referido al merchandising que pudiese derivarse. Se
hicieron camisetas iguales y las llevaban siempre puestas como si fueran una
familia, todos al servicio de un sueño sólo al alcance de unos pocos
afortunados: Crear vida. A saber de qué tipo, pero vida al fin y al cabo. Así
que se pusieron muy a tope. El jefe de policía Younesse y sus agentes
comenzaron a secuestrar hombres y mujeres en mitad de la noche a los que
aterrorizaban y metían desnudos y con las cabezas cubiertas por bolsas de tela
negra en camiones rumbo a instalaciones secretas. Allí eran sometidos a
torturas y vejaciones, allí se laceraba su carne y se destruía su mente hasta
despojarlos por completo de humanidad y de alma. Y cuando no quedaba nada,
cuando sólo quedaban huesos y tendones tiritando, entonces se los pasaba al
equipo médico y a los expertos esotéricos que experimentaban con ellos para
tratar de lograr su objetivo. Convencidos de que conseguirían crear un ejército
de monstruos y de que estarían a su servicio. Convencidos de que dominarían el
mundo. El gobierno irakí jamás admitió estas desapariciones y los familiares de
estas personas nunca supieron lo que pasó con ellas. Como la Creación de
Monstruos no es exactamente como las matemáticas, no es ningún juego, durante
los primeros meses sólo les salían chapuzas, bichos asquerosos que no había por
dónde cogerlos, amorfos, criaturas boqueantes y obscenas que sólo aguantaban
con vida unos pocos minutos o ni siquiera eso. Pero fueron depurando la
técnica, cada vez eran más finos. Y así comenzaron a salir formas de vida menos
humillantes, más tolerables. No es que fueran a ganar un concurso de belleza
con eso, pero se alegraban y se daban palmaditas en la espalda porque dios también
debió cagar algún trampantojo antes de ponerse serio. Celebraron y siguieron.
Trabajaron duro. Y así, poco a poco, acabaron por lograrlo. El primer monstruo
gigante no era un artefacto perfecto,
pero lo habían hecho ellos. De la nada, de un poco de piedra mística y un poco
de ingeniería médica. Y allí estaba, y, dentro de su fealdad, era hasta un poco
hermoso, hermoso de la manera en que lo es la sangre de nuestra sangre, lo que
ha chupado de nuestros pezones. Y lloraron todos juntos, y se abrazaron, y lo
llamaron Muerte Inexorable 2.
Se
abre el telón.
Dos
adolescentes entran desafiantes y muertas de risa al Corte Inglés para mangar
maquillaje como si de dos mini Cristina Cifuentes se tratara. Se creen las
reinas del mambo. Apenas se relacionan con otras chicas de su edad. Todo es
jolgorio y autosuficiencia teenager. Pero entonces las pilla el segurata que es
un hijo de puta y un pedazo de subnormal matón come mierda. Las lleva hasta el
cuartito. Las trata con paternalismo y llama a sus padres. Una de las niñas se
aguanta el llanto mientras la otra le aprieta la mano y mira desafiantemente al
idiota. Cuando el desgraciado caraculo cuelga el teléfono les dice con una
condescendencia que sólo por eso ya debería arder en el infierno: Y ahora, qué,
¿les digo a vuestro padres que sois maricones?
Se
cierra el telón.
MIENTRAS
ALONSO AGONIZA, de Carolina Otero Belmar
Poema incluido en la antología Piscina fuera de
temporada, en Ay del Seis (Editorial Trifaldi, 2019).
No te hagas el muerto.
No sigas en la cama de la melancolía.
Más de seis días languideces,
que ya la figura triste no produce
ni sombra ni interrogación ni nada.
No te hagas el muerto.
Salgamos a cantar al campo,
y si hay que querer a otra
pues la buscamos y la idealizamos
que experiencia ya tenemos.
No te hagas el muerto.
Muere de hambre o por hombre
pero no así, lleno de realidad
hasta los intestinos.
No te hagas el muerto.
Eso es para los de la secta del dólar y el
anillo,
mórbidos hikikomoris,
civilizaciones holográmicas de centro
comercial.
No te hagas el muerto.
Me cae la lluvia por la cara
como una baba trágica;
balbuceo, muelle bobo, lo sé:
No sé decirlo más grave,
pero yo he visto cosas:
el vaivén de Europa,
cuerpos de niños yertecitos
en un cuenco de agua estanca.
No te hagas el muerto
–me cae la lluvia por la cara
como una baba trágica–,
no te hagas el muerto.